Suena el gong. Es hora de que desconectes y te introduzcas en un merecido sueño reparador sobre tu colchón. Sabes lo importante que es dormir bien porque, de no hacerlo, las experiencias diarias pasan de ser retos a convertirse en obstáculos. Queremos que quites esas barreras de tu día a día, y, por eso, te introducimos en el Feng Shui, una técnica milenaria que concilia espacio y armonía, para que tú concilies relax y sueño. Si no quieres escatimar en sabiduría respecto a todo lo que tiene que ver con el descanso, lee el siguiente artículo Feng Shui en el dormitorio: el descanso perfecto.
Literalmente significa viento y agua. Una de las claves del Feng Shui es la creencia en el movimiento de energía y cómo podemos aprovecharnos de ello. Si esto te resulta demasiado zen para tu modo de pensar, no dejes de leer. Realmente el Feng Shui se basa en cuestiones de sentido común, tales como el orden y la no opulencia de elementos. Si te encuentras entre esas personas dadas a pensar que cualquier pasado fue mejor y acumulas nostalgia en forma de objetos, nos tememos que no estás dejando paso a lo nuevo por venir. Tu porvenir llegará y entrará también a tu dormitorio en forma de amor y buenos sueños.
Para nuestra psique es positivo soltar todo aquello a lo que estamos apegados siempre que nos impida avanzar como personas capaces de seguir aprendiendo. Así que te proponemos que eches un ojo a tu cuarto y consideres qué es aquello que no te hace falta, ropa incluida. Piensa por un momento… ¿Cómo te resultaría conciliar el sueño tras un día emocionalmente complicado en el desván de los trastos? Desecha todo lo que no necesites, retira todo lo que hay debajo de la cama porque, no sólo impides el paso de energía, es que no estás permitiendo que tu colchón respire. Además, lo agradecerás a la hora de limpiar.
No siempre es posible encontrar la orientación ideal de todas las habitaciones de la casa y, por ende, del dormitorio. Sin embargo, hay algunos consejos que se pueden seguir y que son cuestión de lógica.
El primero de ellos es la orientación de la cama, cuestión trascendental en esta filosofía Feng Shui del espacio. Tener la cama en línea respecto a la puerta, tanto desde el cabecero o desde los pies, no es deseable porque produce inquietud y perjudica el encuentro con el sueño. Cuando dormimos bajan las defensas y la vigilancia, pero es posible no abandonar el estado de alerta si la cama está dispuesta frente a la puerta. Lo mismo ocurre si dormimos con la cabeza debajo de una ventana, aunque este hecho se puede paliar con unas cortinas gruesas. La idea es que el tejido funcione a modo de cabecero, un elemento decorativo que el Feng Shui contempla como protector de nuestro cuerpo, sea del material que sea.
De la misma forma, el Feng Shui recomienda tener cuidado con los espejos y todos los dispositivos electrónicos. Si no puedes eliminarlos, desactívalos por completo y tápalos. Este hecho es especialmente relevante si están situados delante de la cama o si en ellos se reflejan tanto la puerta como las personas que están acostadas. En caso de despertarnos en mitad de la noche o nos cueste trabajo quedarnos dormidos, podemos sentir desasosiego.
Todas las habitaciones de la casa tienen su importancia para el Feng Shui, pero desde un punto de vista pragmático y adaptativo, el dormitorio es el rey de la casa. Es un refugio porque cuando estamos en él queremos contactar con nuestro interior y descansar. Y en él nos desnudamos, enamoramos y hasta concebimos nuevas vidas.
Los colores preferidos por el Feng Shui son siempre cálidos y, si esto no es posible, neutros como el blanco. El color frío y una iluminación que lo potencie no son deseables porque reproducen la luz del día y no facilitan el descenso de activación fisiológica y mental. De hecho, cualquier técnica de relajación busca la recreación de lugares y atmósferas que nos lleven a la paz de la naturaleza.
Los colores tierra, por ejemplo, son ideales. Existe una gran variedad de tonalidades tierra y, entre ellas, el beige tiene mucho valor para el Feng Shui, ya que es suave, luminoso y cálido. Otra opción es el verde, muy común en los entornos naturales, aunque es recomendable usar tonos claros y pastel, ya que de elegir uno fuerte, el resto de decoración resaltará en exceso y la sensación será de falta de armonía respecto a la integración de los elementos.
Siempre hay que poner de nuestra parte, pero vamos a intentar crear a través del Feng Shui mejores relaciones positivas para el amor en pareja. Lo primero, los colchones dobles facilitan el distanciamiento, tanto como colocar una televisión en el dormitorio. Además, mantén los conflictos fuera de la estancia y, más aún, de la cama. Cuanto antes empieces a tener en cuenta estos hábitos, menos difícil será eliminarlos una vez estén instaurados.
Para la felicidad en pareja, el Feng Shui contempla una orientación suroeste de la habitación. Respecto a los materiales, es preferible utilizar la madera, puesto que es un material natural de colores cálidos. De la misma manera, la iluminación indirecta promueve el recogimiento y por ello, es mejor utilizar cortinas antes que persianas para los momentos íntimos.
Considera el hecho de disponer dos mesillas de noche y si os gustan las alfombras, debe haber una a cada lado de la cama. Es positivo decorar con objetos o muebles comprados por ambas personas. También fotos en las que estéis felices o algún recuerdo de un viaje. De todas maneras, recuerda, en el Feng Shui, menos es más.
¿Visualizas tu nuevo espacio para dormir, amar y desconectar? La renovación de tu habitación puede convertirse en una motivación personal y la adquisición de hábitos saludables. El Feng Shui en el dormitorio nos puede llevar al descanso perfecto.
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